domingo, 3 de enero de 2010

Libros


Memorias de una Geisha

.Título: Memorias de una Geisha
.Género: Novela
.Autor: Arthur Golden
.Publicación: Nueva York, 2005
.Editorial:Vintage Español
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He aquí un libro excepcional: por lo fantástico, misterioso y exótico que él encierra. Un libro que nos abre la puerta al mundo enigmático y desconocido de las geishas: mujeres bellas vendidas desde niñas para ser preparadas, mediante un paciente, riguroso y disciplinado proceso de educación, en el arte de seducir a los más encumbrados y poderosos señores del país de los cerezos. Un mundo de ilusión y orgullo para ellas; un negocio vil y descarnado para los crápulas.
La novela nos embarca en una idílica historia de amor rodeada del más fino y sutil velo de erotismo al influjo de los paraísos artificiosos de las casas de seducción y la explotación carnal. Es el Japón de los difíciles años de la primera posguerra, en pleno proceso de occidentalización, coexistiendo con los resabios de las viejas tradiciones feudales.
La historia se hilvana desde Yoroido, un pueblecito de pescadores a orillas del mar de Japón, en donde Chiyo y su hermana Satsu, a causa de los apremios económicos por los que atraviesa su padre, un pobre pescador que no sabe cómo afrontar la gave enfermedad de su esposa, son vendidas sin saberlo a un hombre llamado Beku, quien las conduce a Gion. Y allí, mientras Satsu es vendida a un burdel, Chiyo lo es a una Okiya: una casa para geishas.
Desde el inicio, los fascinantes ojos azules de color grisáceo de Chiyo llamarían la curiosidad y despertarían el calculado interés de Mameha, la geisha mayor que regenta la Okiya, y que haría volcar en la niña toda su dedicación hasta convertirla en geisha, comenzando por darle un nuevo nombre, uno hermoso y cautivador: Sayuri.
Siguiendo la tradición, Sayuri comienza trabajando como criada de la Okiya asumiendo las labores más duras y ordinarias, Pero será la implacable crueldad de Hatsumono, una geisha malvada y envidiosa del rico potencial que muestra Sayuri, al observar que ésta opaca a su protegida, la simple y ordinaria calabaza, quien se encargará de llenar de amargura y aflicción la vida de la aprendiz a geisha.
Sin embargo, como todo diamante en bruto, a fuerza de una persistente entrega, Sayuri logra liberar los deslumbrantes brillos de su encanto y natural belleza hasta convertirse en Geisha: la más estilizada y bella, la más deseada y cotizada de Japón. El sueño de Chiyo llega a cristalizarse. Sin embargo, el amor de Sayuri se desvanece como burbuja. Es el mundo de ensueño y ficción de las geishas. Un extraño designio de sus vidas.
Gran parte de la mitad de la trama se articula sobre la tragedia del Japón de la Segunda Guerra mundial, y, al igual que sus ciudades, el mundo de muchas geishas termina extinguiéndose en ruinas y cenizas. Hatsumono, la malvada y cruel persecutora de Sayuri, acaba siendo expulsada de la okija, en tanto que calabaza, acostumbrada a hábitos de princesa mimosa y delicada, tiene que asumir una nueva vida de obrera en las ásperas faenas de la factoría. Un pasaje dramático de la novela conmueve al más frío de los lectores: calabaza observa, dolorosamente e impotente, cómo sus delicadas y pequeñas manos de porcelana se descascaran como fina piel de cebolla al contacto de los nuevos y groseros oficios.
Gracias a la protección de Nobu, el acaudalado que compró su virginidad, Sayuri logra independizarse de la okiya, y decide salir de Japón estableciendo una nueva vida en Nueva York, en donde monta una casa de Té. Será desde ahí que en lontananza y con la caída de las primeras hojas del otoño de su vida, siente el imperativo de volcar sus Memorias de una Geisha, la novela de su vida , virtiendo en ella toda su alma, en lo que hay de dolor, triunfo, amor, desilusión y resignación. El lector lo siente vibrar intensamente, desde que abre las páginas del libro y hasta que lo cierra.
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Nueva York, Barnes & Noble, invierno de 2008
Luis Alberto Castillo

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