viernes, 20 de enero de 2012


!Oh, Democracia, cuánto cinismo se comete en tu nombre!

Si la historia de la política nacional de los últimos tiempos cupiera en una sola palabra, ésta se encerraría, no en las tan usadas y recurridas de "corrupción", "fraude" o "tráfico de infuencias", sino, en la aguda, casi indefensa y silente voz de: Cinismo.

Todas las demás, bien pueden servirse y de sobra en el vaso delicado y hondo del cinismo.

Cinismo, porque, descubriendo la voluble oquedad e inconsistencia de su interioridad institucional, nuestra clase política ha renunciado por completo a la búsqueda inútil de integridad.

Ni gestos o compromiso alguno. El político peruano es cínico por formación cultural. En cada acto público, al hablar o declarar, cuando se muestra expresivo en la entrevista o, asumiendo poses de Catón, lo vemos acusar con vehemencia o defendiendo con ardor una causa , el cinismo le sale por los poros.

No sabe honrar sus juramentos. Si solivianta su espíritu prometiendo estentóreamente guerra a muerte contra la corrupción, estemos seguros, en su ser interior ríe estúpidamente burlándose como el más vil de los bellacos por lograr encender de esperanza tantas almas ingenuas.

Mira con gélida frialdad los mandatos de la Ley, no le teme a Dios, ni sabe de la hermosa emoción del vibrar de la Patria.

El político peruano es tan cínico que ha terminado por convertirse insensible a todo sentido de Valor.

No le importa las consecuencias de sus actos, por nefastas que sean. Sólo sigue los impulsos de sus conveniencias y apetencias personales, que son muchas e inagotables, sin mirar los estragos que ello ocasiona en su grey, cofradía, institución, ni mucho menos en la Patria, a la que ve lejana cual una palabra insípida, inasible, intangible.

Como en él no prenden ideales, pues carece de todo horizonte de sueños e ilusiones, vive el momento, aprovecha con ansias y gula desenfrenada lo que él conjetura "su" hora.

Y, en ese afán, resbala fácilmente, - al cínico se le reconoce por su monumental torpeza-; entonces instrumentaliza a los demás, con quienes los une indisolubles vínculos del mismo paretesco moral, en primer y segundo grado: sus hermanos y primos, cómplices y conniventes incondicionales de sus fechorías y rapacidades, carentes de identidad, amorfos espiritualmente, feos de alma, enfermos de espíritu.

Pero, aun cuando cree manipular a más no poder, el cínico se sabe solo. Sabe que está condenado a perder, pero, como es cínico, aparenta gestos de una hueca dignidad herida.

Y seguirá hundiéndose en un paroxismo sin fondo de barro, verguenza y escarnio, pero, desde su demencial inconsciencia, exclamará no merecer tanta ingratitud de la historia.

!Qué más da acusarlos, o arrastrarlos ante juicio ni tribunal alguno por tanto cinismo!.El pueblo ya los ha estigmatizado con el hierro candente de su desprecio

Nueva Jersey, enero 2012.

lunes, 9 de enero de 2012

Reflexiones


Por un Perú mejor:
Una Sociedad de Notables

No obstante las diferentes áreas del saber en que descollan sus notables obras, figuras como nuestro Premio Nobel Mario Vargas Llosa, Gaston Acurio, Fernando Szizslo, Alfredo Barnechea, Bryche Echenique, el físico Modesto Montoya, Esteban Pavlectich, el gran geógrafo Javier Pulgar Vidal, brillantes académicos como Manuel Pantiagoso, Luis Lumbreras, etc., expresan un mismo ideal de Patria: un Perú libre de tiranos y déspotas, gobiernos limpios de corruptelas y tráfico de influencia, respeto a la dignidad de la persona humana, protección del niño, plenas garantías de los derechos y libertades ciudadanas, una democracia funcional, tolerancia cero con la delincuencia, lucha frontal contra las distintas formas de violencia, etc.

Pero, siendo que estas significativas figuras son reconocidas en el orbe internacional como representativos del intelecto, la cultura y la reserva moral del Perú, ¿ no es irónico que no tengan mayor influencia en nuestro país? La lucidez de sus luminosos pensamientos no cuentan o pesan muy poco en la formulación de la agenda nacional de los gobiernos de turno.

¿ Es que el destino de nuestra Nación no tiene más remedio que dejarse en las manos irresponsables de los dueños del poder político?.

Sabido es que los dirigentes políticos deben sus investiduras, por un lado, a los arreglos poco transparentes de la transacción, la prebenda, el cálculo y la ambición de quienes invirtieron en ellos, y, de otro lado, al empuje temperamental (más que racional) de las masas electoras.

Por consiguiente, quienes encarnan el intelecto y la moralidad del país no tienen representación de los sectores más organizados. Siendo por demás notorio que en estos tiempos la élite intelectual ya no ejerce influencia en la historia de nuestra sociedad.

Dispersa como anda, nuestros adalides del intelecto y la moralidad, nuestros orgullos nacionales, no pueden participar ni incidir en el debate de los grandes temas nacionales.

Empero, ¿no es posible modificarse este estado de cosas promoviendo la creación de una Sociedad de Notables integrada por quienes han mostrado un amor profundo y una indiscutible identidad con el Perú?

¿No es sensato acaso que quienes con el brillo de sus logros y la pulcritud de su comportamiento ofrecen garantía de capacidad y desinterés deban ser llamados como Guías del desarrollo del Perú y orienten su proyección de Nación en la historia?

Estamos hablando de una suerte de corporación o comunidad de carácter nacional, una Sociedad de Notables, cuyos miembros se reunirían periódicamente o según lo demanden las circunstancias, manteniéndose en contacto a través de un constante intercambio de opiniones.

De tal suerte, el peso y la solvencia de sus opiniones conjuntas, vía comunicados o pronunciamientos de prensa o entrevistas en los medios de comunicación, irían ejerciendo, paulatinamente, una influencia poderosa en la resolución de los problemas políticos y sociales.

Si una comunidad nacional de tal envergadura pudiera llegar a establecerse, procuraría sistemáticamente una movilización de las organizaciones cívicas en la lucha contra la violencia, el hambre, el analfabetismo y la corrupción. Forjaría conciencia nacional.

Y ofrecería apoyo moral a todas esas personas cuya buena voluntad se encuentra paralizada en dolorosa resignación.

Es que no me resigno a pensar que justamente los hijos de mayor valía de nuestra Patria, sean objeto del olvido más egoista y la ingratitud más pérfida por parte de esa pesada e insulsa maquinaria llamada Estado detrás de la cual se mueven agazapados tres grandes poderes: Imbecilidad, Ignorancia, Banalidad.

Nueva Jersey, Barnes & Noble, Enero 2012.

Luis Alberto Castillo.

jueves, 5 de enero de 2012

Crónicas de Nueva York


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La Ciudad que nunca duerme


Vivir en New Jersey es un regalo del cielo: es vivir cerca y tener al alcance de la mano el lugar más grandioso, fabuloso y de mayor esplendor que el hombre haya construido jamás en el mundo !New York!.

Conocí por primera vez New York aquel inolvidable marzo del 2004, dos semanas después de haber dejado mi titánica y estresante función pública como asesor legal del Gobierno deToledo (2001-2004).

Charo había preparado el viaje con primorosa antelación y desbordante entusiasmo. Si bien ella había viajado por lo menos unas cuatro veces a la ciudad de los rascacielos, incluso, cuando niña, vivió en este país, se moría de ganas porque ambos la recorriésemos juntos.

Cuando de las cabinas del Jumbo Jet 747 de Lan Chile la voz del capitán anunciaba ajustarse bien los cinturones porque el avión volaba el cielo de New York, una inefable emoción me subió al corazón, la respiración me falataba, y, sin hacer el menor caso a las advertencias y recomendaciones de las lindas azafatas, directo fuí a pegarme como loco a las diminutas ventanillas de la nave en el afán de divisar la legendaria Estatua de la Libertad alzándome la mano en señal de bienvenida. Mi inquietud, sin embargo, fue inmediatamente apagada por una rubicunda y preciosa flyhostess:

- Oh....sir, sorry... the liberty of statue you can't see here; it's in the south of the island

A la estatua de la libertad recién la llegaríamos a ver con Charo en el curso de esa semana, en electrizante y mágico viaje por ferri alrededor de la misma Isla de la Libertad, navegando el Río Hudson.

Mi primer contacto con New York no pudo darse de la manera más espectacular:
entrando a velocidad de rayo por la boca del Lincoln Tunnel en el descapotable BMW rojo de Ana María Rosen, mi querida prima, y, de porrazo, tener ante mis ojos esos empinados, gigantecos y bellos monstruos de fierro y vidrio !los rascacielos! !Qué deslumbramiento!.

Aquellos fueron días muy agitados y llenos de entusiasmo, de largas e inagotables caminatas por tantos lugares y zonas que uno tiene que ver y visitar a lo largo del alto y bajo Manhattana, de este a oeste: los épicos cañones y monumentos en Battery Park; el frenético movimiento de business en esa estrecha y legendaria callecita que es el Wall Street; probar riquísimas pastas y degustar !mmm...qué deliciosos vinos!, mejor que el preparado por Ulisses para Polifemo, en Little Italy (la pequeña italia); compras de souvernirs en Chinatown; bailes hasta el amanecer en el mítico y frenético Copacabana;
noches de esplendor, arte y lentejuelas en Broadway; paseos por el descomunal y pintoresco Central Park; tragos de ensueño escuchando la mejor música de rock de los 60's y 70's en !Hard Rock!; cenas exóticas en el Mahatma Gandhi, un lugar fuera de este mundo en el barrio indú; un recorrido en vehículo por Harlem, la comunidad cultural afro-americana más importante y grande de NY; vistas de vértigo de toda la gran manzana desde la cumbre del Empire Satate; en fin, fotos a la gigantesca armazón de huesos jurássicos en el Museo Natural, o, posando para la posteridad abrazado del famoso autoretrato de Van Goh en el Museo Metropolitan; sonriendo a la cámara teniendo como telón de fondo los descomunales puentes de fierro de Brooklin, etc.!

Aquellas fueron las vacaciones más hermosas que el mejor de los sueños ! Y la segunda luna de miel que tanto había yo postergado con Charo.

Sin embargo, a Charo y a mí nos quedó la sensación de que ningún tiempo del mundo iba a ser suficiente para acabar de ver toda New York. Menos con sólo un mes de vacaciones.

Ignoraba que por un extraño designio en mi vida, un año después volvería a ver New York, ya no por un mes de vacaciones, a vuelo de turista, sino por mucho tiempo, al llegar de la mano con mi familia al vecino estado de New Jersey,
esta vez para establecer una nueva vida en este gran país.

Hoy, no hay ningún weekend que dejemos escapar para salir temprano al Path Train de Harrison, el town donde vivimos, y a los veinte minutos estar llegando a New York y continuar recorriéndola y no acabar de deslumbrarnos con cada tesoro y joya que este fabulosa isla guarda y sabe mostrar, generosa y maravillosamente, a los ojos del buen turista.

Nueva York, Barnes & Noble, primavera del 2008.

Luis Alberto Castillo.

martes, 3 de enero de 2012


Revocatoria de la Alcaldesa de Lima

- Fundamento jurídico: Const. Plt. 1993; Ley 27972 (LOM); Ley 26300
- Finalidad: derecho ciudadano del control de sus autoridades
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Tema muy candente y verdaderamente provocador éste de promover la Revocatoria de la actual Alcaldesa de Lima, doña Susana Villarán.

La Revocación es una figura en verdad novedosa, incorporándose por primera vez por la vigente Constitución Política de 1993 (art.2, inciso 17), siendo consagrado como derecho fundamental de la persona.

A no dudarlo, estamos ante un legítimo mecanismo del control ciudadano sobre la gestión que desempeñan las autoridades a quienes se ha elegido confiándoles el buen gobierno y la administración eficaz de nuestra ciudad, nuestra casa.

¿Por qué se revoca a una autoridad?

La Ley No. 26300, que norma la materia, señala las principales causales:

a) Pérdida de confianza con el pueblo; b) Asumir con desinterés y negligencia sus funciones; c) Abuso del poder; d) Falta de respuesta a la demanda de servicios para la comunidad; e) Contrato de familiares en el municipio (nepotismo); f) Realizar una mala administración del vaso de leche; g) Incapacidad para dialogar o escuchar; h) Incumplimiento de promesas ofrecidas en campaña; i) No reconocer los acuerdos del Concejo Municipal; j) Hallarse habituado al consumo de licor; k) Utilizar los bienes de la municipalidad para fines personales; l) No vivir en la localidad; ll) Malversar los fondos del municipio; m) Se asignan dietas indebidas; n) Cometen irregularidades en las licitaciones de obras; ñ) Maltratar a la población.

Se pueden advertir causales de un carácter abiertamente subjetivo; y otras más vinculadas al propio ejercicio de la función.

La ley exige que la acción de revocación se ejercite al segundo año del ejercicio del cargo.

Y la demanda no tiene que estar todavía probada, siendo suficiente hallarae fundamentada.

Al respecto, algunas consideraciones:

1) La sola fundamentación de la demanda, sin aportar la prueba de la causal invocada, es dejar la puerta abierta al ingreso de peticiones encendidas de odiosidades fanáticas e incontenible revanchismo político de parte de sectores sociales y políticos contrarios a la autoridad en cuestión, principalmente de aquellos que fueron derrotados en la lid electoral.

2) Del mismo modo, considerando la complejidad existente en el gobierno de una ciudad tan grande, caótica e informal como Lima, la solicitud de revocatoria de la Alcaldesa, recién terminado el primer año de su gestión (cinco años), resulta un tiempo insuficiente y hasta cierto punto, sumamente injusto.

Ciertamente, quienes hemos tenido un recorrido profesional por la alta gestión pública, sabemos de sobra que el primer año queda muy corto para poder aprehender el teje y maneje de la función municipal. Normalmente, y que es en el segundo año donde ya lo aprehendido lo posesiona a uno mejor en el manejo del cargo.

No sé qué causal o causales específicas, subjetivas o de naturaleza funcional, se estarían formulando en la petición de revocatoria que se viene promoviendo en contra de doña Susana Villarán en el afán de lograr sacarla de su cargo de Alcaldesa de Lima, una hazaña política histórica nunca antes vista contra ningún burgomaestre de la Capital.

Legalmente se puede poner en marcha esta petición pues, como se ha visto, los requisitos exigidos por ley son de sencillo cumplimiento, en verdad, una demanda de mero trámite.

Mas, ¿le conviene a nuestra Capital soportar la andanada de paralización de obras públicas que sobreviene detrás de la petición, verse ahogada bajo una ola de inestabilidad e incertidumbre de tener que trabajar, contratar y negociar en torno de una Alcaldesa cuya gestión se encuentra en proceso de revocatoria?

Si entre el trámite de la revocatoria, el período en que quedaría paralizada la gestión municipal, el nuevo proceso de elecciones que se promovería para designar al Alcalde reemplazante, la fecha en que éste sumiría el cargo, y el tiempo mínimo que debe transcurrir para adaptarse al manejo de la gestión, correrían entre dos años y medio a tres, es decir, quedando para el ejercicio de la nueva gestión apenas un año, considerando que al terminar ese mismo año arrancan las elecciones regulares para elegir al nuevo Alcalde, ¿vale la pena llevara adelante la revocatoria de la actual Alcaldesa de Lima?

¿Qué se ganaría? O, más bien, ¿no sería Lima, la gran perdedora? Al final, ¿no perderíamos todos los peruanos?

Nueva York, Barnes & Noble, invierno del 2012.

Luis Alberto Castillo.