Una mirada al recuerdo: Mis discos

"Reflexiones de mi vida"

- Disco: "Reflections of my life" - Grupo : The Marmalada (Scotland) - Año : 1969 - Género: Rock lento ................. !Hermosa e inolvidable balada!, de reminiscencias imborrables para quienes vivimos intensamente la década de los 70's. Los créditos corresponden al grupo escosés The Marmalade. Es el disco que mejor me lleva en el recuerdo a aquellos años tan hermosos de linda amistad con un amigo del alma: Raúl Geldres Muñoa. Como le suelo contar a Charo, el flaco me distancia apenas por cinco meses, pero, quizá por su libertad y la independencia como manejaba su vida, en mi adolescencia siempre lo sentí como un amigo mayor. El paso de los años y, creo, muy especialmente, la lejanía de la tierra, tienen el efecto de remover constantemente nuestros recuerdos idealizándolos a través de la nostalgia, donde la imagen de mi amigo se abre paso como pocos, siempre al centro de vivencias y aventuras que han quedado grabadas en el alma como películas clásicas: para siempre. De tantas anécdotas, con la que el flaco pasaría a la historia es con el recuerdo de mi profesora de inglés. Recuerdo aquella vez en que la joven profesora del curso de inglés, la guapa señorita Clorinda, me citó extrañamente a su casa para darme mis notas finales de diciembre, siendo lo más extraño la hora de la cita, !las once de la noche!. Ya previamente, cuando yo había acudido a su casa en el primer horario que me dió, las diez de la mañana, ella me salió al encuentro en sorprendente !bata de seda!, mostrándome una silueta muy distinta a la que exhibía en clases y más cercana a una mujer, dejándome paralizado y enmudecido. Era al centro de ese tipo de situaciones cuando yo volteba la cara y recurría al flaco en plan de consejo. - !ja...ja...ja, cuñadito, la profe quiere contigo!- Se mataría de risa el flaco, al escuchar mi relato, palmoteándome la espalda - pero, mira, ella tiene veintiséis y yo apenas quince...?- Yo estaba estupefacto ante el panorama tan crudo que el flaco me hizo ver. - !Es chibolera, cuñadito!, eso se ha puesto hoy de moda. Si en el día te recibe en bata transparente, imagínate en la noche- Me afirmó ya muy seriamente. Y es que el flaco, a pear de sus 16, era un mataperro, y se conocía, de todas, todas, la de tuco y tico. -y entonces...? Ese viernes por la noche, siguiendo al pie de la letra las experimentadas instrucciones de mi amigo, el flaco fue a buscarme a mi casa: -!ssss...puta que te has vaciado todo el pefume, !éte con...!- -bueno, tú también estás tisa compadrito. Nos dirigiríamos directo a la farmacia "Venus" de la avenida Brasil. Le pedí al farmacéutico una llamativa y muy coquetona cajita de perfumes que a insistencia del flaco debía obsequiar a la teacher. - tienes que llevarle algo huevonazo, a toda hembra le gusta que le regalen algo-, me había aconsejado con su experiencia de hombre de mundo. Luego él me empujaría a comprar lo más importante: - pide dos playboy . -¿dos?- le pregunté sorprendido -de repente es necesario que yo entre en acción- . El flaco era un tipo previsor. En el trayecto del bus, con dirección a la casa de la teacher, yo iba tan nervioso que estuve a punto de bajarme en dos oportunidades; pero, con esa soltura de su recorrido por la vida, mi amigo se encargó de relajarme filosóficamente, mostrándome el lado simple y natural del mundo, el de un hombre. -ya tienes quince años huevas!- me miraba de pies a cabeza con un dejo de ternura, dándome de golpecitos a la rodilla. - cuñadito, !si yo te contara...!-. Y, con infinita paciencia me embarcó en la charla de sus grandes aventuras y batallas sexuales, casi todas con chicas mayores y expertas. Su debut en "El botecito", con "la china", una charapita treintona recontra csaliente que le enseñó a aguantarse y superar los diez minutos, fue de película. - cojudo, con una chiquilla de 15 !qué mierda vas a aprender!. Era admirable y un orgullo andar al lado de un amigo de mundo. Entre sus anécdotas y mi nerviosismo, el bus del "Santo Cristo" ya estaba por "Scala Gigante", final de nuestra ruta. Era las once de la noche y estábamos ante un viejo edificio en Breña, a dos cuadras del popular Cine City Hall, que era donde vivía la teacher. -no cuñadito, este lugar está feo, !yo me quito de aquí!-, me quise regresar. - !espérate carajo!, puta que así te vas a quedar virgen toda la vida, confía en mí-. El flaco me calmó. -ahora respira hondo tres veces, mente ganadora !al ataque mi valiente!- Me daría una memorable arenga. Por táctica, el flaco se quedaría a la entrada de la quinta a la espera de un silbido mío, no sin antes retocarme con los últimos consejos: respirar hondo tres veces y siempre ir a ganador. Recuerdo que subí la larga escalera que conducía al piso de la teacher, ya con paso firme y con la mayor resolución del mundo. Sin embargo, contrario a la escena que mi experto amigo me había anticipado, el departamentito mostraba todas las luces encendidas, siendo lo más extraño para mí, de dentro salía una música alegre y el murmullo de varias personas. Mi sorpresa fue mayor cuando al tocar el timbre, me abrió la puerta un chico del colegio, el "narizón Peralta", advirtiéndome que solamente yo faltaba. Al ingresar me topé con otro número mayor de chicos y chicas de otro plantel, donde también enseñaba la profe; además, estaban presentes profesoras amigas de ella. Todo un gentío. -!qué bueno Castillito!, a ver si nos das también una manito con estos exámenes de inglés de los chicos del Bartolito. Ponte cómodo y sírvete bebida y bocaditos- Me saludó la profesora Clorinda, al tiempo que me ponía al frente de un grueso volúmen de papeles, casi todas pruebas y exámenes de los alumnos de primaria. El flaco no siempre acertaba. Pero lo que yo hoy puedo rescatar limpiamente es su hermosa entrega de amigo, el sincero afán que tenía para involucrarse con mis inquietudes de adolescente. Raúl se casaría con Claudia, una guapa psicóloga, y su entrega a su doctorado y a su cátedra de Ingeniero Civil en la Ricardo Palma, lo atarían fuertemente a su vida de Lima. Es uno de los pocos amigos de mi adolescencia que no emigraron. !Gracias a Dios! Por los viejos tiempos que se fueron, por los presentes y por los mejores que vendrán, va este disco clásico que tanto escuchábamos y recuerda nuestra preciosa adolescencia, donde quiere te encuentres flaco, !te quiero amigo!. Nueva York, invierno del 2009. Luis Alberto Castillo. http://www.youtube.com/watch?v=79NiN7ISW7E