miércoles, 8 de febrero de 2012


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EDITH LAGOS

Cuando en 1979 iniciaba mi carrera de derecho en la UPSMP, conocí, entre tantos buenos amigos, a una muy joven estudiante,  pequeña, menudita de carnes, de un rostro blanco acentuadamente andino, donde resplandecían, como el fulgor intenso de dos diamantes, unos preciosos ojos verdes, ligeramente achinaditos, con una larga y revuelta cabellera castaña que, desafiante, dejaba caer por encima de los hombros.
Siempre me dije, si a tan natural belleza le hubiese acompasado un carácter dócil y trato afable y, aunque fugazmente, en el rostro resplandecido una dulce sonrisa, hoy diría que aquella era una adolescente bella y encantadora.
Mas, no tardaría en entender que lo trascendente y valioso que había de aquilatar en mi compañerita, no pasaba por el look chick ni la indumentaria exquisita y frivolona que hubiese podio exhibir, y que en ella tenían cero valor.

Edith Lagos tenía un espíritu vehemente e inflamado, que le imprimían una personalidad áspera, dura y un carácter indomable, y que a ella no le preocupaba en lo mínimo disimular ante los demás.


Pero era la enorme sensibilidad que la identificaban por los álgidos problemas que afectaban a la gente pobre,  expresado, principalmente, en la selección de los trabajos de investigación y en sus exposiciones orales para las clases, lo que mostraban la verdadera dimensión y la hermosa faceta del gran ser humano que gravitaba en ella.

Dura en la nuez, tierna en la carne.

Había llegado de Ayacucho, su ciudad natal, con el compromiso de cristalizar el sueño de sus padres: hacerse abogada. Sin embargo, muy temprano vislumbraría que era otro el mundo que ella anhelaba construir para sus desposeidos de la tierra.

En la universidad llegamos a entrecruzar explosivos enfrentamientos ideológicos: ella, defendiendo con el fuego más graneado de su verbo ácido las cinco tesis del pensamiento de Mao Tsé Tung; yo, afirmando la vigencia redentora del Antiimperialismo y el Apra de Víctor Raúl.

Sin embargo, logramos tender un puente aligerado de fraternal entendimiento, quedando grabado en mi memoria, como uno de los mejores tesoros guardados, el recuerdo sensible de una tarde de diciembre de aquel 1979.

En un arranque de desbordante pasión, Edith me confesó admirar profundamente a Mao, su lucha, la gesta heroica de la revolución china, respetando con sinceridad mi propia admiración por Víctor Raúl.

Me confió su vena artística, escribía poemas: "compañero, a usted le gustan los poemas de Vallejo, yo tengo mi propia siembra, no se me vaya a burlar".

Entonces me leyó esta nota:
"Hierva silvestre, aroma puro
te ruego acompañarme en mi camino.
Serás mi bálsamo en mi tragedia,
serás mi aliento en mi gloria.
Serás mi amiga cuando crezcas sobre mi tumba.
Allí: que la montaña me cobije que el río me conteste la pampa arda, el remolino vuelva, el camino descanse ¿y la piedra? [...].
La piedra lápida eterna será en ella grabado, ¡todo quedará!"


!Se emocionó, y me hizo emocionar!,. Nada endulza tanto el mundo como cuando dos almas entran en perfecta sinfonía alrededor de lo puro y más noble de la vida.

Edith Lagos era una chiquilla noble de alma hermosa, abrigaba grandes ideales por la vida, los compañeros de mi promoción que la conocimos de cerca, esperábamos de ella un porvenir venturoso, con seguridad la mejor abogada en su Huamanga querida.

Pero no sé cuándo, en qué momento, por qué razón, aparecería luego involucrada y al frente de uno de los grupos que tanto terror, dolor y sangre causó en el Perú, !Sendero Luminoso!

Lo demás, es historia conocida. Fue un tallo arrancado cruelmente en la primavera más florida de su vida, !cómo lo lamenté!

El 2004, por razones de mi profesión, estuve yendo a litigar a la Corte Superior de Ayacucho. Entonces, por mediación de una amistad común, visité a la familia Lagos, especialmente a la hermana mayor de Edith, directora muy respetada de un prestigioso colegio de la ciudad. Y hablamos e todo esto, !era la Edith estudiante que ella nunca conoció!

Antes de retornar a Lima, visité el cementerio de la ciudad, ! me impactó fuertemente ver su tumba de piedra rústica y ya envuelta en leyenda!; oré al cielo por su alma: "!Adios compañerita, descansa en paz!", y le dejé, como solitaria y leal compañera, como bálsamo de su tragedia, su flor de retama.

Yo viví el terrorismo, y éste es mi testimonio, !lo juro por Dios!.

Nueva Jersey, febrero 2012.

Luis Alberto Castillo.

18 comentarios:

  1. muy interesante un abrazo buen comentarios

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  2. muy interesante y conmovedora historia

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. interesante manera de conocer la historia del Perú.

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  5. De pura casualidad llegue a esta pagina y me gusto el poema solo tengo una duda el apellido es saez o Sáenz.

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  6. Respuestas
    1. Respeto tu opinión, pero no es tan simple como lo que escribes.

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  7. Muy sentido el poema, equivocadamente soslayo que la equidad e igualdad hasta justicia se logra también en democracia Y lucha política, mas no armada.

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  8. Muy sentido el poema, equivocadamente soslayo que la equidad e igualdad hasta justicia se logra también en democracia Y lucha política, mas no armada.

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  9. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  10. Excelente memoria de un gran personaje

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  11. excelente memoria de un gran personaje

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  12. EDITH,HOY 03 DE SETIEMBRE, SE CUMPLEN 35 AÑOS DE TU PARTIDA,SOMOS CASI DE LA MISMA EDAD, NO SABES CUANTO ME HUBIERA GUSTADO CONOCERTE, TE ADMIRO MUCHO, UN ABRAZO Y UN BESO PARA TI ALLÁ EN LA GLORIA," LOS SENTIMIENTOS DE VACIÓ QUE DEJAN ALGUNAS PERSONAS ADMIRADAS,PERO NO CONOCIDAS EN PERSONA,SON MAS GRANDES MUCHAS VECES POR NO HABER PODIDO ESCUCHAR TU VOZ.."

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  13. Muy bello poema. Mucho mensaje!
    Conocí a su hermana, yo sin saber nada de política hace muchos años tuve la suerte de conocer a una de ls hermanas de Edith y compartimos momentos muy lindos.
    No justifico a Edith pero solo se que todo lo que hacemos tiene un porqué. Desconozco los motivos de Edith. Lo que sí puedo reconocer y asegurar es que venía de un hogar de principios y sentimientos. Una pena que haya tenido que partir tan joven. Saludos a su hermana de Edith en sonden se encuentre! Te recuerdo con mucho cariño. Привет дорогая!

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  14. Una pregunta ¿Cómo murió Edith Lagos?
    Es una incógnita, porque hay diferentes versiones acerca de su fallecimiento, es lo único que quiero saber.

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  15. Queridos amigos, muy impresionado por vuestros comentarios. En realidad, recién hoy lo he podido leer, pues mi blog sufrió un serio problema tecnológico que me impide continuar con mis apuntes y relatos. De todos modos, quedo profundament agradecido por tan afectuosa deferencia y los comentarios alrededo de Edith Lagos.

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