lunes, 14 de febrero de 2011

Crónicas de New York: Central park




Central Park
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!Por fin llegó la primavera!, y, cuando esta época llega a New Jersey, después de haber afrontado, por espacio de cinco meses, un frio intenso que hace tiritar hasta los húmeros, una copiosa lluvia...! a cántaros ! (las umbrellas se te rompen a cada rato), truenos fantasmales e impresionantes relámpagos que transforman los cielos en un thriller de Alfred Hitchcock, nieve, nieve y más nieve, y, peor, cuando se friza, las calles semejan un espectacular patinaje sobre hielo, el arribo de esta estación !es la cosa más hermosa del mundo!

Hoy ha sido un día espléndido, y todo el mundo ha salido a hacer camping con la familia y los amigos a los distintos bosques inmensos que justifican que New Jersey lleve su título bien ganado de Estado Jardin, por la diversidad de áreas verdes que tiene y embellecen sus towns (el bosque de Harrison, donde vivimos, es precioso).

Para esta temporada, no bien llega un weekend, nosotros preferimos tomar el metro y arrancar hacia New York, pues nada es tan lindo que disfrutar de un día de camping en Central Park, adonde los chicos suelen acompañarse de amigos y amigas y ponerse a jugar fulbito, pasear en la bici o patinar.

!Central Park es una belleza!, una gigantezca reserva natural que tiene New York. Para mejor apreciar su impresionante y monumental tamaño, nada mejor que subir al Empire State, hasta la torre donde trepó King Kong, y ver desde ahí el espectáculo maravilloso e irónico que ofrece: entre tantos rascacielos antiguos y modernos, sobresale, majestuoso y orgulloso,un soberbio cuadrado enorme, todo cubierto de verde, dominando prácticamente la cuarta parte de Manhattan.: es Central Park

Por esta época, Central Park es muy visitado por numerosos grupos de turistas, gran parte europeos, españoles, franceses, italianos, alemanes, o tambien chinos, japoneses, etc., atraidos por la impresionante naturaleza del lugar y en busca de los tesores que ofrece

Los lagos, de una belleza paradisiaca y poética, como salidos de una pintura de Renoir, y que para disfrutarlos enteramente nada más sencillo que rentar una pequeña canoa y ponerse a remar plácidamente.

Espectaculares ambientes de patinaje, para jóvenes especialmente (en el invierno es para patinaje sobre hielo y esto !es un encanto!); restaurants que ofrecen los piqueos más exquisitos, con unas barras con tragos de locura, donde se puede degustar deleitándose con el panorama más divino del mundo:
un hermoso y sereno lago chapoteando a solo unos metros de los pies, rodeado de una tupida malesa, árboles centenarios obsequiendo un relajante frescor, ardillitas corriendo juguetonamente, graznido de patos silvestres surcando el cielo newyorquino, y, al fondo,sobresaliendo, como los gigantes imaginarios del Quijote, soberbios y empinadísimos rascacielos de fierro y vidrio, que le dan al lugar el inusitado contraste de un cuadro armonioso y perfecto

Hay diversos auditorios para el espectáculo popular (el jass es lo que más veo exhibir), mereciendo destacar el Delacorte Theater, enclavado al centro de todo este verdor, con unas butacas dispuestas como un teatro griego, a cielo abierto. Para esta estación del año, es donde comienzan a montar las obras más sonadas en el mundo.

Recuerdo haber asistido con Charo, hace dos años, a espectar Madre coraje, del polémico Bertolt Brecht, con un impresionante lleno total y un éxito redondo, y con prolongados aplausos de pie, sobre todo por el atractivo de quien encarnó intensamente al personaje principal, nada menos que la vibrante y gran !Meryl Streep! .

Pero, si de una obra debo afirmar que quedé intensamente fascinado, diría mejor, embelesado, fue de Hair, !una maravillosa coreografía!, que, con increible escenografía, vistosos colores, espectaculares looks y una música encantadora, recrea los maravillosos años sesenta, la época del hippismo.

Una bella tarde de comienzos de otoño, al compartir un rico paseo con Charo acompañados de mis queridas primas Ana María y Mónica Estrada, disfrutando de la tranquilidad y el airecillo acariciador que por esta época nos regala el parque , nos fuimos internando hasta el centro del Parque, y, entonces, ... nos topamos con una cosa encantadora: !un carrusel, tan antiguo como mágico, como aquéllos que deleitaron y rodearon de bulla y felicidad nuestros preciosos juegos de niñez, con unos hermosos caballitos blancos y negros, esculpidos en madera de una bien labrada artesanía.

No pudimos resistir al cautivo del hermoso juego, y, tras mirarnos las caras, advertimos que en todos habia aflorado el niño que llevamos por dentro, y, sin más, !nos trepamos cada uno a un caballito! Yo logré montarme en un caballito blanco, de una crin hermosa, y sobre el cual cabalgué como el mejor de los jinetes; todos reimos de nuestra traviesa locura, mientras al fondo una vieja pianola tocaba una tradicional melodía de feria que ayudaba a recrearnos el mundo de nuestra preciosa infancia. Sali con la sensacion de haber sido el mejor de los cowboys .

Son también maravillas que enriquecen culturalmente el lugar, los regios monumentos y bustos que rodean el parque, la mayoría trabajados finamente en mármol, granito y cobre, levantados para perennizar alguna efemérides nacional o un hecho significativo, o en honor de figuras universales y celebridades norteamericanas, destacándose la famosa cabeza de Ludwing Van Bethoven y la figura del poeta y dramaturgo alemán Schiller. Pero también uno se toca por el camino con figuras familiares: el monumento a El Libertador Simón Bolívar, el de Don José de San Martin, o del poeta y héoe cubano José Martí. Aquí, lejos de casa, uno siente vibrar más la Patria Grande, y emociona ver a los nuestros.

A mí siempre me ha llamado la atención , entre tantos monumentos a héroes y personajes ilustres, ver el busto labrado en cobre maciso a un perro: Balto. La leyenda al pie del busto habla de una acción heroica gestada por el noble animal que salvó la vida de decenas de niños.

Un día, compartiendo tv en nuestro apartamento de Harrison con Charo y los chicos, nos pusimos a ver una de dibujos animados sobre la aventura de unos perritos desarrollada en un pueblito de Alaska, y en donde se desató una fuerte epidemia de difteria; nadie podía traer los medicamentos que, por la fuerte tormenta, habían quedado regados por el camino junto a los hombres heridos que la traían. Entonces se armó un operativo de rescate excepcional con un grupo de perros a tiro de trineo, y el líder era nade menos que Balto, el perrito de Central Park. Gracías a su temeraria y heroica labor, la medicina llegó a tiempo y se salvó la vida de muchos niños. El escultor quiso inmortalizar la nobleza del animal a través de ese bello y emotivo homenaje de su obra.

Pero quien penetre en Central Park no podrá irse sin antes visitar un lugar muy concurrido por todo buen turista: Strawberry Fields, una zona nombrada así en honor al tema de The Beatles, pues ahí se rinde culto a la memoria eterna de John Lennon. Al centro del simbólico parquecito, aparece grabado en piedra: Imagine. Emocionante, !para qué más!

Central Park ofrece todos estos tesoros culturales, sitios de leyenda, centros de estar, buen entretenimiento e inmejorables ambientes de disipación. Por lo pronto, para mañana domingo hemos programado con Charo salir y adentrarnos y caminar por sus bellos senderos, previamente llevarnos del starbuck algunos coffees, obligados croissants y sandwich espectaculares y tirarnos bajo la copa de algún buen árbol, disfrutar del ambiente, dejarnos llevar por el dia y leer alguna última novela de Isabel Allende, que antes pasaremos comprando por la Barnes & Nobles.

El que se anime, que nos siga ...


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Nueva York, primavera del 2010






Luis Alberto Castillo



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